La doble vida de Passiflora foetida

La doble vida de Passiflora foetida

 

Passiflora foetida, conocida comúnmente como maracuyá silvestre, es una liana trepadora perenne nativa de América del Sur y Central. Sus hojas, brácteas y pecíolos están cubiertos por una pilosidad blancuzca y pegajosa, que despide el olor característico del que deriva su nombre.
Foto: Passiflora foetida, Santiago del Estero, por M. Guala.

Tiene preferencia por suelos húmedos y cálidos, con disponibilidad de nutrientes moderada a alta, aunque tiene un amplio rango de tolerancia por condiciones menos favorables. Produce un abundante banco de semillas que permanece viable durante años y le permiten re-colonizar rápidamente el ambiente después de un disturbio, o si existen inviernos o estaciones secas prolongadas. Se la encuentra frecuentemente en campos abandonados, banquinas y áreas afectadas por disturbios recientes.

Al igual que otros integrantes del género, cuenta con numerosos entusiastas que la cultivan por el valor ornamental de sus flores. Es precisamente por esta característica que ha sido introducida intencionalmente fuera de su área de distribución nativa, y actualmente se encuentra presente en varios países de latitudes tropicales o subtropicales. En algunos de los mismos es valorada por sus aplicaciones en gastronomía y medicina tradicional. Sin embargo, en otros países se comporta como una maleza invasiva. En el sudeste asiático, por ejemplo, es maleza en cultivos de maíz, caña de azúcar y otras especies de interés económico; como se trata de una planta trepadora de desarrollo rápido, no sólo compite favorablemente por la luz con los cultivos sino que dificulta su manejo y cosecha.

En Australia, en particular, sus impactos negativos son notablemente variados. Sofoca especies de árboles de interés turístico y agroforestal; cubre las márgenes de los ríos donde desovan especies nativas de cocodrilos de agua dulce, obligando a las hembras a utilizar sitios menos favorables; cuando muere, o durante las estaciones secas, es un material altamente inflamable, por lo cual aumenta la probabilidad y gravedad de incendios forestales.

Los métodos de control empleados habitualmente se limitan a la remoción física de las plantas, aunque no es una estrategia practicable en grandes extensiones. El uso de herbicidas sólo se emplea en los casos en los cuales se encuentra asociada a cultivos resistentes a los mismos. La quema no es recomendada; el banco de semillas es capaz de sobrevivir a las mismas, y remover otras especies vegetales potencialmente favorecería su expansión. Por estos motivos, el control biológico clásico resulta una interesante alternativa de manejo que explorar.

Próximamente investigadores de FuEDEI comenzarán tareas de muestreo de P. foetida en su área de distribución nativa en busca de fitófagos asociados, así como otros enemigos naturales con potencial para ser evaluados como agentes de control biológico.

El Lic. Mariano Maestro se incorporó a FuEDEI para colaborar en esta investigación. Info: maestro.eme@gmail.com